En el caso de The Pink Robots, no se decidieron entre una voz femenina o una masculina, así que en las canciones se alternan una y otra, y les dan un aire más desenfadado y alegre. Ambos consiguen desarrollar unas muy buenas melodías, que junto a las ejecutadas por los teclados convierten al disco en algo pegadizo y agradable de escuchar. Las guitarras están muy presentes, aportando ese toque de brillo e inmediatez que justo por encima de los ritmos bailables del bajo y la batería constituyen el sonido de este grupo.
Canciones como "Curly", demuestran el objetivo de su música. No pretenden ser unos virtuosos, sino que con la sencillez propia del pop y la energía del punk-rock más alegre, componen doce canciones directas. Con estructuras comunes, una duración entre los tres y los cuatro minutos y unas temáticas variadas en sus letras, han lanzado un álbum que no será el más famoso de la historia, pero que les da una buena base para trabajar su futuro y darse a conocer. Todo un descubrimiento de cara al verano que se acerca.
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