Lleno de clichés de factura propia. Esa es la sensación que me deja el disco después de haberlo escuchado unas cuantas veces. Tienen un estilo muy propio, que evolucionó desde su primer álbum. Pero en sus últimos tres trabajos se han limitado a copiarse a sí mismos, siendo para mí más evidente en este disco. No aporta nada en su carrera, más que algunos detalles, pero insuficiente como para dejar huella.
Dicho esto, no se le puede negar al grupo estar a mucha distancia de la media en cuanto a calidad y saber hacer. Cada uno de ellos cumple a la perfección para que el sonido de la banda sea duro, contundente, pero a la vez más fácil de escuchar que la mayoría de sus compañeros. El justo desgarro en la voz o las guitarras variadas que no llegan a cansar con la repetición de riffs y sonido hacen que las canciones suenen bien y permiten escucharlas sin demasiados sobresaltos.
Pero una cosa no quita la otra, y la verdad es que el disco es bastante monótono. No se hace pesado, pero hay muy pocos momentos en los que realmente te llame la atención. Todo suena tan en su sitio, tan como siempre, que los temas pasan sin que te des cuenta. Apenas hay detalles para comentar, e incluso algunas partes recuerdan a viejas canciones.
Un álbum más en su discografía, pero que no será recordado como el mejor. Demasiado plano y conservador.
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- Mudvayne
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